EL CAMINO HACIA LA CALMA

El cuerpo es el lugar que habitamos, quien nos permite experimentar la vida, y a veces se nos olvida que tiene un límite, le exigimos más de lo que puede dar y nos grita para que lo escuchemos.

La piel es el órgano más grande del cuerpo, barrera que protege lo que guarda en su interior y medio para comunicarse con lo que hay en el exterior.

Un medidor de emociones y sensaciones que nos recuerda que estamos vivos.

El masaje relajante te ayuda a parar, a escuchar, a sentir a través del tacto, a identificar dónde tienes las tensiones musculares y las emocionales, una oportunidad para darle al cuerpo una tregua, un descanso, una puesta a punto para seguir con el ritmo de la vida.

El masaje relajante, con aceites de olor a montaña, te transportará a lugares mágicos donde poder descansar de la velocidad que empuja en estos días de incertidumbre y prisa.